2008
Hogueras de Alicante
- Era sábado, sí - comienza diciendo el Sr. X -. Por la tarde me fui a los toros, con el Cá y su chati. ¡Sin dormir que iba yo desde el viernes, con los colegas y tal! Y el sábado allí, en los toros, viendo la corrida esa y tal. Ni una puta gana tenía: como para toros tenía el cuerpo yo.
Apura un vaso de agua, haciendo una pausa en su relato. Afuera, las chicharras emiten el sonido del achicharramiento habitual en esta época.
- En serio: no veas las ganas que tenía yo de toros - prosigue, con el galillo más húmedo -. Había quedado después con los amigos. Con el Ró, el Má y su hermano, y alguno más. Cuando terminaron los toros, me despedí del Cá y su novia y me fui con estos. El Ró tenía su pisico cerca y nos fuimos allí a tomar algo. Y a la media hora o así, gripé.
Se ríe al recordarlo.
- Les dije a los colegas: “Me voy a casa que estoy hecho polvo”. Así que los dejé allí, eso sí, ellos diciéndome: Sr. X, eres un mierdas y juramentos varios que ya te puedes imaginar. Pues nada, los dejé allá y me dirigí a la otra punta de Alicante, andando. Iba a cero coma cinco metros por hora, medio arrastrao cuando, de repente, oigo que alguien va detrás de mi mucho más despacio. Y me digo a mi mismo que no puede ser que vaya alguien más despacio que yo - Y suelta una carcajada al recordarlo -. Y miro y veo que era una chati y tal. Y pensé: “Aquí hay algo raro”. Así que crucé de acera para ver el material desde el otro lado. Al verla dije: “Bah, ésta me vale... ¡Esassss putassss!”.
Las risas vuelven a inundar el lugar. Vuelve a llenarse el vaso de agua, retomando el hilo de sus recuerdos.
- Le dije dos tonterías y tal, estaba receptiva y fuimos a tomarnos unas cervecicas por el barrio donde tengo el piso de mis padres. Y nada. Al segundo trago de cerveza ya me estaba echando mano al paquete. Al final, ¡por dentro y todo! Allí, en medio del bar.
- Esa tipa no iba con tonterías - le dije.
- Ostia, ya ves. Al final, le llamó una prima suya, que “dónde estaba” y se vino allí a buscarnos. La puta casualidad hizo que vivieran en el mismo bloque que el piso de mis padres - recuerda - . ¡Eran paraguayas! - puntualiza, antes de soltar una carcajada -. Así que, nada, llegó la prima también y estuvimos los tres tomando algo y tal. Y nada, al cabo de dos o tres horas allí bebiendo... Recuerda el detalle de que me iba a casa a dormir, ¿eh? - Me dice - Salimos del pub y, en el piso estaban mis padres. Mal destino, ya sabes. Entonces nos fuimos a casa de ellas. Y por el camino, iba yo en medio de las dos, ¡y la prima me echó malo al culete y todo! Y pensé: “¡Ostia, aquí hay material también!¡ Esassss putasssss!¡Que nos la chupennnnn!”
Rompimos a reír. Normal. ¿Cómo no reír mientras imaginas una situación tan irreal?
- Nos fuimos allí a su pisico y tal. La prima se fue a su habitación y nosotros os fuimos a la otra, a nuestros menesteres y tal, a hablar de política y eso, a hablar del gobierno y tal.
- Sí, comprendo. Las relaciones hispano-paraguayas, los convenios culturales de eterna amistad entre ambos países. Sí, sí, puedo imaginármelo.
- Qué mamón - se ríe -. Ya allí, al cabo, no sé, a la mitad del tema, ella se fue al aseo. Y yo, que me veía con fuerzas , me dije: “tengo que hacer algo”. Así que tuve la genial idea de abrir su armario y coger lo primero que pillé: una sábana. Yo veía la luz de la habitación de su prima encendida todavía, con la puerta abierta. Cogí la sábana y me fui para la habitación de aquella totalmente en pelotas, tó enrabao. Y ahí, claro... Bueno, porque estaba durmiendo, sino le digo: “¡Tomaaaa!” Yo, todo era pensar que me hacía un trío con las tías estas.
- Con las primas, ¿eh?
- ¡Con las priiiiimas, ya te digo! Yo decía: “¡Estas son unas cachondillas! ¡Esasssss chicasssss!”. Total que, mientras estuve pensando qué hacía con la prima esta, cómo despertarla y que no se asustara, se abrió la puerta del aseo y salió la otra que, al no verme en la habitación, fue a buscarme y me vio allí, delante de su prima. ¡Imagínate su cara! Me dijo: “¿Pero qué haces?” Y yo, con un arrebato de genialidad, solté: “Nada, tapando a tu prima. Que la pobrecica está durmiendo ahí, encima de la cama, sin quitarse la ropa ¡y va a coger frío!” Imagínateme ahí, en bola picá, emporrao, con una sábana al tiempo que la extendía y le soltaba aquello a la otra.
El Sr. X no dejaba de reírse al recordarlo.
- Y la otra: “Tapándola, cabrón! Anda, déjate de boludeces y vamos a mi habitación.”
- ¿Te volviste con ella? ¿Y no te mandó a la mierda?
- ¿A la mierda? Que va, tío. ¡Continuamos donde lo habíamos dejado! Lo que yoo te diga: ¡una cachonda!. Yo creo que porque la prima estaba durmiendo, sino... ¡Sinooooo! ¡ Esaaassssss putassssss! - Y apuró su vaso de agua, entre carcajadas.
j0 j0 j0 j0 !!!!
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