2002.
Un sábado de julio, en un festival en Lorca.
Habían quedado sobre las cinco de la tarde. Con un calor propio del mes, llenaron el coche de litronas de cerveza fría para soportar las dos horas y pico que había hasta el destino: Lorca Rock 2002.
Un sábado de julio, en un festival en Lorca.
Habían quedado sobre las cinco de la tarde. Con un calor propio del mes, llenaron el coche de litronas de cerveza fría para soportar las dos horas y pico que había hasta el destino: Lorca Rock 2002.